Para ellas, las fotos que adornan los negocios
de lencería son francamente ofensivos.
No todas tiene la posibilidad de mostrar las curvas
como Araceli González. ¿Podría
comenzar a incluirse algunas fotos con mujeres
con físicos menos perfectos
o exuberantes, no?

Gracias
Caro B!!! Muchas gracias.!!!
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En los últimos tiempos la gordura se ha convertido
en un problema muy serio. Sedentarismo y mala alimentación
son las causas. Pero, mientras haces alguna dieta, si eres mujer
y quieres atraer en la cama a un hombre, ¿por qué
no tienes a disposición talles más grandes?
La verdad es que si uno recorre
las calles de Palermo, ve muchos negocios que ofrecen lencería,
pero hay muy poca oferta de lencería de talles más
grandes.
Al igual que lo que ocurre con el resto
de la ropa. Sólo que la lencería tiene ese aditamento
sexy para cuando llegue el momento de desvestirse.
La lencería es un monumental negocio,
ya que a la hora de calentar a un marido, un novio, o un affaire
circunstancial, cumple un papel decisivo. No es lo mismo un
bombachón que una tanguita cavada, mostrando solo lo
necesario, el vello púbico oculto, y un trasero armonioso.
Unas nalgas o cachetes comme
il faut. Lo mismo con el corpiño. Tiene que
dejar entrever que lo que se esconde atrás tiene cuerpo
y volumen, que puede bambolearse. EL ABC del sexo indica
que una buena cama comienza con una lencería sexy o erótica,
bailecito incluido.
La lencería, en ese sentido, viene
jugando un papel primordial desde, como mínimo, el Siglo
XIX. A los hombres les encanta un buen lomo desnudo. Pero mucho
más verlo en tanga y corpiño.
Quizás sea porque después
, viene el lomo como Dios lo trajo al mundo. Y ahí comienza
la fiesta. Un buen sexo es enloquecer al otro. Que pierda la
cabeza.
Cuánta más locura, mejor. Y las mujeres saben
como calentar al hombre.
¿Qué sería de esa
tarea sin la lencería? Por eso, cuando una mujer se acerca
al mostrador de un negocio, ya se están haciendo los
ratones sobre como verá su compañero de cama,
sea legal o no, sus atributos más salientes, a través
de las transparencias.
Porque además, una buena bombacha
realza el lomo, las piernas, lo que sea. Y cuando se desliza
hacia los tobillos, al sacarla, sentir su inexplicable aroma
nunca viene mal. Lo que ocurre es que no son muchos los
negocios que les dan esa posibilidad a las mujeres que no tengan
ese físico 90-60-90.
Al igual que lo que ocurre con el resto
de la ropa. Las gorditas o las que tienen un poco
de peso de más, también tienen derechos divinos.
Es cierto que muchas no se animan.
Pero hoy, que está todo tan zafado,
aquellas mujeres que tienen algunos kilos de más también
tienen el derecho a calentar a su macho.
Para ellas, las fotos que adornan los negocios de lencería
son francamente ofensivos. No todas tiene la posibilidad de
mostrar las curvas como Araceli González. ¿Podría
comenzar a incluirse algunas fotos con mujeres con físicos
menos perfectos o exuberantes , no?
Finalmente, el estereotipo de mujer fue
cambiando con el paso del tiempo. En los sesenta aún
las tapas de Playboy mostraban cuerpos rellenitos, a diferencia
de la tendencia casi anoréxica de hoy.
Además, a las rellenitas que puedan estar
leyendo este artículo, hay que decirles que muchos hombres
aún las prefieren con carne, a lo Isabel Sarli. No se
dejen subestimar y exijan sus derechos. Talles de lencería
para todas. Para las gorditas también
hay mucho macho disponible.