Se vuelven a reeditar los estampados de Pucci,
los vestidos globos y los shorts de los 70.



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¡Qué va! El mundo de la moda no parece
compararse con nada. Porque más allá de que vestirse
elegantemente o mejorar la imagen personal pueda ser un hecho
loable, tampoco parece tan loco pensar que ocuparse de estos
pormenores en un mundo con tantas contradicciones, pueda ser
considerado algo Light.
O superficial. O banal. O como, decía
un muchacho del barrio, simplemente boludo. Pero que las
hay las hay. Y sino basta recorrer canales de televisión,
revistas de moda, diarios, y escaparates, para darse cuenta
del los millones que se mueven alrededor de este mundo.
Son muchos los diseñadores conocidos
en el mundo: Lagerfeld, Chanel, Lacroix, Ives St. Laurent,
Versace, Ungaro, Dior, Balenciaga, y Oscar de la
Renta. Además , como siempre ocurre surgen nuevos
valores como Ji Haye, Anne Valerie Hash y Roland Mouret.
Muchos piensan que estos modistos, al
igual que en la gastronomía mayoritariamente son hombres,
son trolos. Pero, a no confundirse, todos ellos se han encamado
con las mujeres más apetecibles. Las visten, les recomiendan
colores o diseños, las desvisten y después, chau,
al catre.
Pero no podemos tocar el mundo de la moda sin siquiera hacer
una breve reseña de cuales son las principales tendencias
para esta primavera.
Las innovaciones de la primavera que
se avecina, dicen los que saben, no son realmente tan creativas
sino que parece imponerse un aggiornamiento.
Se vuelven a reeditar los estampados
de Pucci, los vestidos globos y los shorts de los 70.
También parece enfatizarse la propensión hacia
lo andrógino.
Esta primavera el abanico de colores
se abre hacia el amarillo, un amarillo ácido y luminoso
tan especial para pieles bronceadas. Y para variar, también
se impondrá el rojo, puro y fuerte, pero sin llegar a
su versión más agresiva.
Continúa el blanco y se imponen
los colores pasteles, mientras el animal print llega a los trajes
de baño.
La conocida asesora de imagen personal
Claudia Abal nos decía, tampoco tenemos
que olvidar el plateado. Plata en vestidos de noche, en brazaletes
y aros hasta llegar al calzado. Plata entrelazada en motivos
étnicos, plata opaca o brillante para las diferentes
horas del día. En estampados, Pucci vuelve a ser
moda. Y el animal print llega a los trajes de baño. La
vedette?
Los shorts...que este verano serán
de rigor. En diferentes texturas, colores y largos. Siguiendo
la línea globo o rectos y cortos. Y vuelven los enterizos
en telas no rígidas. Los vestidos se acortan mucho o
se alargan hasta el tobillo. Bajo sobretodos o sobre leggins.
Vestidos mateaux, románticos, años '50 o futuristas.
Trench y gabardinas se despliegan en todas sus versiones, del
clasicismo a la innovación.
Y el deporte sale a la calle, a toda
hora, mimetizándose en cualquier prenda: las franjas
en el ruedo incluso para los vestidos más lujosos, cuellos
morley haciendo juego con los puños de las chaquetas
cazadoras, viseras trabajadas para la noche. Todo esto va encabezado
por turbantes, bandeaux y sombreros. Algunos con un dejo Chanel,
otros muy años '50. Y termina en sandalias de altas (a
veces muy, muy altas) plataformas. La shopping bag (bolso de
gran tamaño) pasa por su mejor momento: hasta Vuitton
le ha cedido un puesto de honor. Y las fajas y cinturones continúan
en todas sus versiones.
Mientras le realizábamos este breve reportaje, con un
colega nos mirábamos y probablemente ambos hayamos pensado
lo mismo, qué labia hay que tener para hablar
de moda. Si hasta la domina un lenguaje más
abstracto que el de la economía.
Cuando salíamos de la entrevista,
íbamos recorriendo la conocida calle Honduras de Palermo
Soho, y vimos dos jóvenes mujeres detenidas frente a
la vidriera de Paula Cahen D´Anvers.
También las entrevistamos, aunque la idea no fuera precisamente
enterarnos de las tendencias de la nueva primavera que se viene.
Es que las dos tenían unos jeans
bien apretaditos, mostrando unas colas envidiables (unos culos
impresionantes señor lector !!! esos al estilo corazón)
y un papo que dejaba entrever lujuria.
Una nos contó que "ya había
comprado unos zapatos" de singular diseño y la otra
estaba a punto de hacerlo. Ya tenía "la mitad de
su sueldo reservada" para tal fin.
Nuevamente nos miramos con el colega,
pero esta vez nuestros ojos no estaban focalizados en los pies.
Para que mentir.
Si se hubiera comprado un par de alpargatas
era lo mismo.
Nos preguntamos: ¿De qué
color será la bombachita que usan?
Total, sea primavera o invierno, siempre
se la terminan sacando.
Si quieren, claro. ... Siempre quieren.