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este sitio de internet podes encontrar mayor información
http://www.elswingerclub.com
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Capital Federal

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A comienzos de la década
de los setenta, una película sacó a la luz por
primera vez el intercambio de parejas. Se trató de Bob,
Carol, Ted and Alice, con el actor Elliott Gould. Pero la verdad
sea dicha, este nuevo fenómeno, no hace más
que sacar a la luz, como siempre ocurre, algo que ya estaba
oculto, o al menos no tan explícito.
El intercambio de parejas existe
desde que el hombre es hombre.
Es que la monogamia
es en la humanidad un invento relativamente reciente. Algunos
científicos sociales aseguran que el matrimonio, tal
cual lo concebimos actualmente, está relacionado con
el surgimiento de las clases sociales y la propiedad privada.
Cuando hubo necesidad de traspasar la propiedad a alguien, luego
de la muerte, ¿que mejor que traspasárselo a nuestra
propia sangre?
Pero antes, cuando no había nada que ceder o que heredar,
los hombres y las mujeres se relacionaban sin leyes escritas.
Y el amor, como ahora, para que mentirnos, duraba lo
que dura, dura. El primer dura alude al tiempo. El segundo
a la poronga.
A tal punto esto era así, que
en muchas civilizaciones primitivas, la palabra adulto y padre,
o niño o hijo, eran las mismas.
O sea todos los menores llamaban a los
adultos con la misma palabra. Y viceversa. ¿Por qué?
Bueno, porque se puede conocer la madre, pero lo del padre es
más complicado. Luego la cosa fue cambiando, claro, hasta
llegar a lo que hoy conocemos.
Pero la naturaleza del ser humano sigue
siendo la misma. Así que los intercambios de parejas,
más allá del fenómeno swinger, ocurren
clandestinamente. O sea, todos se cojen a quien pueden. Por
algo la Biblia habla de no desear la mujer del vecino.
No hay hombre que no desee cambiar de
monta, y quien dice lo contrario, además de promiscuo
es mentiroso. Algunos dicen que la mujer es más romántica.
Otros, que solo es más silenciosa, más bicha.
Además la ecuación no cierra. Si todos los hombres
son picaflores y todas las mujeres son fieles, ¿Con
quienes garchan los hombres?
Este cronista tuvo oportunidad de conocer alguna vez en su larga
carrera un boliche swinger cerca de Palermo. Y cuando le preguntó
a una pareja porque estaban dispuestos a ver como una tercera
persona se manducaba a su media naranja,
respondieron con bastante claridad: lo que otros hacen
clandestinamente, nosotros lo sacamos a la luz.
Fue una de las pocas veces que Magneto
no tuvo respuesta. Así que el fenómeno swinger,
no hace otra cosa que sacar a la luz lo pre-existente. Es así
de simple. Alguna vez habrá que sacarse la careta, al
menos en algo. Y hacer honor a aquel viejo precepto a
coger que chocan los planetas.
Algo quedó sin mención: aquella noche Magneto
tuvo la viveza de ir acompañado por una amiga
al boliche swinger. La idea era clara. Voltearse a la mina del
otro sin que le toquen su propia propiedad privada.
Pero no le resultó. ¿Saben como terminó
la historia? Por supuesto que la amiga terminó en la
cama. Magneto tuvo que salir silbando bajito antes que le rompan
el culo. Es que una cosa es ser swinger. Otra muy diferente
ser boludo.
¿Qué
es ser Swinger?
La palabra "swinger" se refiere
a aquellas personas solas o parejas, con una mayor amplitud
sexual que el promedio, que deciden ejercer su libertad responsable
en relación a su vida sexual.
Esto incluye el intercambio de pareja,
la práctica de sexo en grupos de tres o más personas
y todas las variantes que puedan surgir a partir de ello, dependiendo
en cada caso de las preferencias personales. Y aunque muchos
(cada vez menos, afortunadamente) confunden la definición
de swinger sólo con el intercambio de parejas, cada vez
más personas solas de ambos sexos y de todas las edades
adoptan este excitante estilo de vida.
Esto conlleva casi siempre en el comienzo
ciertas inquietudes, y a partir de nuestra propia experiencia
intentaremos ayudar en las dudas más habituales de quienes
se inician:
Una cuestión recurrente y que
genera en principio ciertos malestares y a veces presiones es
cuando uno de los integrantes de la pareja desea ingresar en
este mundo y el otro integrante se rehusa. En primer lugar,
esto no es atrayente para todos y podría ser que tu pareja
no sólo no le encuentre atractivo sino que incluso lo
vea como algo negativo.
Pero si realmente piensas que podría
terminar por disfrutar con esto, y lo que sufre son las trabas
lógicas del inicio, te sugerimos que la persuadas lentamente,
estableciendo desde el inicio que la amas por encima de todas
las cosas, que no están en juego los sentimientos de
ambos y que su decisión debe ser enteramente libre, porque
esa es la idea, que juntos ejerzan el derecho de gozar de la
libertad.
Fantaseen con la idea de ampliar la sexualidad
de la pareja más allá de los convencionalismos,
para que de esa manera, todo sea fluido, confiable y con profunda
confianza de ambas partes. La conversación y la sinceridad
son en este tema fundamentales. La curiosidad también
lo es. Vean juntos, por ejemplo, páginas como ésta,
despertando la natural curiosidad y, sobre todo, háblenlo
mucho y sin vergüenzas. Éste es el punto más
importante. Y ante todo, debes interesarte en conocer sus fantasías,
sus temores, sus dudas.
Explora a fondo su sensualidad así
como la tuya y una vez que tengas claro qué podría
ser lo más satisfactorio para ella y para los dos, busca
medios como éste, donde podrás encontrarte con
personas afines y con las mismas inquietudes. Te sorprenderás
al ver cuántas personas sienten y piensan lo mismo que
ustedes.
Hay muchas páginas de swingers
en la red. Algunas buenas, otras malas, algunas sólo
comerciales y otras que difunden seriamente esta forma de vida.
En lo que coinciden casi todas es en los contactos vía
e-mail. Y aquí llegamos a una cuestión importante:
cómo saber quiénes son las personas con las que
me voy a encontrar.
Al contactar por correo electrónico,
las personas te hablarán de sus preferencias sexuales,
estilos de vida, formas de pensar, fantasías, etc.; incluyendo
muchas veces el intercambio de fotos, para que de ese modo reduzcas
al mínimo el riesgo de experiencias desagradables.
La simple lectura de los mensajes (estilo
de redacción, vocabulario, modos de expresión,
etc.) te dará un muy buen indicio de cómo es esa
persona. Pero siempre debes tener en cuenta que te encontrarás
con gente muy normal y de todos los tipos, desde empresarios,
hasta estudiantes universitarios, amas de casa y profesionales,
personas casadas, solteras, divorciadas o viudas.
La pareja swinger tiende a ser muy abierta,
muy poco convencional y en general no permite que sus creencias
religiosas o políticas le impidan pasar un buen rato
. Y encuentras todo tipo también de personalidades: fumadores,
no fumadores, deportistas, amantes de la música y de
la buena mesa, altos, delgados, bajos, gordos, jóvenes
y maduros, bellos y no tanto, atléticos, intelectuales,
en fin, toda la gama de posibilidades del género humano.
He aquí ciertos puntos recomendables:
1. Amabilidad. Aunque no te interesara
llevar a cabo algún encuentro sexual con otra pareja
o persona, respeta sus sentimientos, sus deseos y sus gustos,
aunque no coincidan con los tuyos.
2. Contesta los mensajes. No dejes de
contestar los mensajes que te envíen, aun cuando sea
para decir simplemente "No, gracias"; de esa manera
evitas que alguien pierda el tiempo esperando inútilmente.
3. Prepárate. Si deciden con tu
pareja concretar un encuentro con alguien, toma las previsiones
del caso. No olvides JAMAS llevar encima la correspondiente
cajita de preservativos.
4. Toma en cuenta los sentimientos de
los demás. Observa si tu pareja y la otras personas actúan
de un modo relajado o tenso, e intenta, si algo anda mal, disipar
el mal momento con un gesto afectuoso o de confianza.
5. No seas insistente. Si alguien te
dice NO, no es válido preguntar POR QUÉ, porque
después de todo, el ser swinger significa también
la libertad de decisión y de elección para todos.
Aquí en todos los caso NO significa NO.
6. Sólo acepta lo que sea divertido
para todos. Recuerda, ésa es la idea, divertirse y pasar
un rato agradable. Si todos están de acuerdo -repetimos:
NO es NO todo el tiempo- hablen libremente de las reglas del
juego. No permitas que la natural rigidez del primer encuentro
deje asuntos pendientes que más tarde puedas lamentar.
Pónganse de acuerdo en los detalles: bisexualidad femenina
sí o no, uso obligatorio de preservativos -altamente
recomendable-, preferencias sexuales de cada uno, bisexualidad
masculina sí o no, etc. De este modo todos reducirán
los riesgos de un mal momento, pues no hay nada más frustrante
en estos casos como cuando alguno se despacha con una sorpresa
no deseada. Otros riesgos a considerar en estos contactos son:
como principales y más usuales -dejando de lado el contagio
de enfermedades, que depende del cuidado de cada uno (léase
PRESERVATIVOS)- son el llamado "histeriqueo" (aquellos
que "sí pero no estamos del todo decididos"
o "lo dejamos para más adelante", etc; en resumen,
pérdida de tiempo) o la mentira.
Hay personas que, por ejemplo, se presentan
como pareja pero en el momento del encuentro resulta que, "casualmente",
la mujer no pudo llegar o se fue ese día de vacaciones.
Por eso es conveniente reunirse en un lugar público (pub,
disco swinger, etc) sin compromiso para nadie y disipar; de
ese modo, cualquier sospecha que pueda ser disipada... o confirmada.
La otra clase de mentiras en los contactos
en la red son las llamadas "mentiras descriptivas":
las fotos falsas o "Él 1,88, musculoso, rubio de
ojos celestes, ella 1,72, 95-60-90, modelo publicitaria, multiorgásmica"
y cuando se conocen, resultan la caricatura de la descripción.
Párrafo aparte para los "solos"
Compartir a la pareja en un trío es una fantasía
muy habitual en muchos hombres. Muchos varones tienen la fantasía
de ver a sus mujeres con otros hombres, pero en algunos casos
convive en ellos una mezcla de excitación y de celos.
Si eres un solo y deseas proponerte como opción para
estos tríos, debes tener muy en cuenta que eres un invitado
a la fiesta y que como tal debes respetar las normas de tus
anfitriones.
Es la única manera en que no sólo
podrás disfrutar, sino que al compartir el placer con
ellos, y saber ubicarte en tu rol, serás invitado a más
experiencias de este tipo. Nunca, bajo ningún concepto,
proponer un encuentro con ella sola. Es una regla que jamás
debe romperse, y que a veces, por inexperiencia de algunas personas,
hace que muchos hombres solos queden aislados del ambiente swinger.
Ahora bien, si eres mujer y sola, entras
en lo que llamamos "figurita difícil": y muchísimas
parejas te invitarán a compartir un encuentro con ellos.
Cada vez resulta más frecuente -se nota particularmente
en las discos swingers- ver mujeres solas en este ambiente.
Muchas de ellas tienen inquietudes bisexuales, lo cual abre
también otra vía altamente estimulante para encuentros
satisfactorios para todos. Lo importante es, como en todos los
casos, saber acercarse y no presionar a nadie.
En definitiva, si está bien claro
todo, ambos están de acuerdo y no usan este juego para
salvar la pareja, ingresar al mundo swinger resulta en general
un estímulo muy importante para la vida de las parejas.
Según estudios recientes, la mayoría de las parejas
swingers mejoran de una forma notable su relación después
de iniciarse en este estilo de vida, tanto en lo sexual como
en lo afectivo, al haberse convertido en cómplices de
muchos juegos además de pareja. Pero es importante poner
énfasis en lo siguiente: Si una pareja tiene ya problemas
graves, adoptar este modo de vida no es la solución.
El estilo de vida swinger es para parejas que se aman, que se
respetan en sus sentimientos y que tienen consideración
y confianza el uno por la otro.