Otro que se hace el pelotudo con la prensa libre.
Ojo, Mauricio Macri, vos no te creas el paladín de la prensa libre, por que desde que asumiste como "intendente", NUNCA, llamaste a los medios barriales independientes, a una conferencia de prensa para que te hagamos preguntas libremente.
Otra cosita:
Vamos a denunciar con nombre y apellido a los periodistas carneros que participen en el observatorio fascista de kirchner. Que feo salir en blogs.
Periodistas carneros: Los vamos a denunciar con escraches en Internet.
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Cristinucha, cuando van a apoyar a los medios independientes con pauta oficial?, Hay que decir la verdad. Ustedes critican a Clarín pero los llenan de avisos y les pagan fortunas en efectivo diariamente.
A los medios chicos de todo el país, no solo no nos acreditan, si no que nos desprecian y no nos tiran ningún aviso y Cuando las papas están calienetes tus operadores pigmeos K son los primeros en enviar gacetillas de prensa. Es decir, Tu gobierno es una mierda. !!!
La libertad de pensamiento es una cuestión imprescindible para vivir en democracia. Hace miles de años todo funcionaba por tradición oral. Desde que fue inventada la escritura como forma concreta e inalterable de transmisión de ideas y datos, sin duda que la humanidad dio un vuelco.
Pero no es un secreto para nadie que cualquier idea está teñida de subjetivismo. Ningún medio de comunicación, por ende, puede ser objetivo. Ni el más grande, ni el más pequeño. Este cronista, mientras escribe este artículo, vuelca sus propias ideas.
Lo que sí ocurre es que existen monopolios de comunicación masivos y concentrados, que abarcan diversos tipos de medios, que obviamente tienen mayor incidencia sobre la llamada "opinión pública". Y esto funciona por acción u omisión. Por la acción se entiende la propagación de datos o ideas. Por omisión la escalada de programas idiotizantes en lugar de aprovechar el valioso espacio para informar o educar.
Todos los gobiernos cercenan, por naturaleza, la opinión independiente. La cercenan prohibiendo noticias, quitando apoyo oficial u otorgando prebendas de diverso tipo a estos monopolios que tienen otro tipo de emprendimientos económicos. La prohibición lisa y llana es fascista. Pero obviamente hay formas más sutiles.
Por lo tanto, cualquier cercenamiento de la opinión, aunque persiga "altos intereses morales", como mínimo está cuestionado. Porque ¿De qué sirve prohibir la palabra "puta" o "culo" mientras que existen redes de prostitución, por ejemplo? El doble mensaje esquizofrénico es prohibir palabras y no encauzar o solucionar hechos urticantes que todos vemos cotidianamente. Se persigue al que fuma un porro y no se soluciona las redes de narcotráfico y las causas sociales que provocan la dependencia. Se critica la violencia mientras proliferan programas de TV o juegos en red, amén de situaciones de contrastes sociales, que la promueven constantemente. Se censura la palabra orto pero no el hecho que muchas (y muchos) adolescentes del noreste argentino lo vendan por cinco pesos.
Es preferible que haya absoluta libertad, aunque muchas veces se publiquen datos inciertos u ofensas, a que alguien se arrogue el derecho a sancionar lo que está "bien o mal". Sin duda que es el mal menor.
Si alguien publicara que este gobierno es corrupto, por ejemplo, aunque no tuviese pruebas, e incluso aunque no fuese cierto, estaría haciendo un mal menor a que si esta noticia fuese cercenada. De última, lo que importan no son los dichos, sino la realidad misma. La pregunta es: ¿Por qué alguien habría de preocuparse por alguna ofensa falsa?
Si alguien le gritase "puto" a Marcelo Polino, probablemente podría ofenderse. Aunque si fuese piola, y nadie duda que lo sea, reaccionaría indiferentemente. Pero si alguien le dijese "gordo" seguramente se reiría. ¿Se entiende?
En definitiva, y tomando casi un pensamiento psicoanalítico, uno reacciona con vehemencia ante la verdad, no ante la mentira.
Por eso, a medios barriales, como Palermonline, no se los apoya. Se le quita las pautas de publicidad. Porque, como nos dijo el editor Pablo Rubin, Palermonline es "un medio independiente que vuelca la opinión de los vecinos".
Claro que puede equivocarse, ¿y qué? Quien hace se equivoca. Pero ningún funcionario que vive de nuestro dinero tiene el derecho a decidir quien entra y quien no entra a este baile, que es de todos, no es privado.
En las antípodas de esto que promulgamos se encuentra la creación del "Observatorio de Medios" del COMFER, el que para su interventor Gabriel Mariotto, no representa ningún cercenamiento a la opinión pública. Cuando uno piensa en la palabra "Observatorio", automáticamente piensa en el firmamento.
La pregunta es: ¿Se observarán los medios como quien observa estrellas, para entender el funcionamiento del Universo?
Permítanos dudarlo.
Aclaran que el Observatorio de Medios no sancionará a periodistas por sus opiniones.