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Madrid . 31 de enero de 2005
En 60 farmacias
Barcelona: venderán marihuana para uso medicinal
El gobierno catalán anunció un nuevo plan,
para tratar los efectos de varias enfermedades con medicamentos
que contienen cannabis. Se trata de una experiencia que
ya se realizó en Holanda.Polémica por el cannabis.(AP)
Unas 60 farmacias de Cataluña empezarán durante
este primer trimestre de 2005 a dispensar cannabis para
uso terapéutico y en enfermos que sufran determinadas
patologías, según informó el lunes
hoy el director general de Recursos Sanitarios de la Generalitat,
Rafael Manzanera.
Este proyecto piloto, pionero en España, surge de
una propuesta que lanzó en diciembre el Colegio Oficial
de Farmacéuticos de Barcelona (COFB). La iniciativa
fue bien acogida por la consellera de Salud, Marina Geli,
quien advirtió entonces que buscaría el consenso
necesario con el Gobierno.
La consellera aseguró hoy que el proyecto "empezará
a aplicarse durante el primer trimestre de 2005. Ya tenemos
cerrado un acuerdo con el Ministerio de Sanidad pero todavía
estamos pendientes de firmar el convenio", avanzó
Geli.
Para aliviar cuatro enfermedades
Manzanera señaló que el proyecto piloto "ya
está concretado" y que implicará a cuatro
hospitales catalanes, cuyo nombre no quiso adelantar, y
sus respectivas farmacias hospitalarias, que a la vez estarán
vinculadas con 60 oficinas de farmacia.
El uso terapéutico del cannabis, que se recetará
bajo estricto control médico, "se destinará
para combatir los vómitos que provoca el tratamiento
con quimioterapia y los efectos de la anorexia en enfermos
de Sida", aseguró Manzanera.
"También pretende aliviar los problemas musculares
derivados de la esclerosis múltiple o amiotrófica,
así como los dolores crónicos derivados de
sintomatologías que no respondan a otro tipo de pautas
terapéuticas", añadió.
Borràs aseguró que con este plan pretende
"dar respuesta a las personas que ya consumían
cannabis para aliviar ciertos síntomas sin ningún
tipo de control médico".
Experiencia de Holanda
La propuesta de los farmacéuticos de Barcelona se
basaba en la experiencia de las farmacias de Holanda, que
desde septiembre de 2003 venden esta planta, actualmente
ilegal en España, mediante receta médica.
La mayoría de las farmacias que participarán
en el plan piloto "están situadas en Barcelona
y el área metropolitana", aunque "también
hay algunas oficinas" del resto de la provincia, según
informó hoy a Europa Press el vocal de drogodependencias
del COFB, Rafael Borràs.
Sin embargo, "ningún paciente de Lleida, Girona
o Tarragona quedará excluído del plan piloto
por vivir fuera de la provincia de Barcelona. Buscaremos
una farmacia próxima al domicilio que esté
entrenada con esta sustancia", añadió.
Antes del verano, la consellera ya avanzó la voluntad
del Gobierno catalán de llegar a un acuerdo con una
multinacional farmacéutica que entonces estaba a
punto de sacar un producto farmacológico con extractos
de la planta de la marihuana.
Inicialmente, la Generalitat barajó la posibilidad
de cultivar esta planta a través de una universidad,
como ya hizo Canadá, aunque finalmente lo descartó.
BÉLGICA
Polémica norma permite cultivo de cannabis para consumo
personal
Las autoridades belgas permiten a partir de este martes
que los mayores de edad puedan llevar consigo hasta tres
gramos de cannabis (marihuana) o incluso cultivar en sus
casas, como máximo, una planta para el consumo personal.
Para los menores de edad no cambia nada, ya que la tenencia
y el consumo de cannabis sigue siendo punible
Hasta que entre en vigor definitivamente una nueva legislación
precisa al respecto, se considerará como malestar
hacia otros ciudadanos la tenencia de cannabis dentro y
en los alrededores de una escuela, una prisión o
un centro para la juventud y "la tenencia ostentosa"
de esa droga blanda en un lugar público.
Para los menores de edad no cambia nada, ya que la tenencia
y el consumo de cannabis sigue siendo punible.
La normativa que entra en vigor este martes pretende rellenar
la laguna que se creó después de que el Tribunal
Constitucional belga anulara el pasado 20 de octubre un
artículo de la Ley de Drogas (2003) que estipulaba
que la policía no podía denunciar el consumo
privado de cannabis de los mayores de edad, salvo en algunas
situaciones.
Los jueces consideraron entonces que ciertos términos
del artículo, como "consumo problemático"
y el "provocar malestar a otros ciudadanos", eran
demasiado vagos y en espera de una nueva Ley de Drogas,
la ministra de Justicia, Laurette Onkelinkx, ha desarrollado
una nueva normativa que aclara estos huecos.
OPINION ARTÍCULOS Cannabis complex
MARTA SANTOS
Era demasiado bonito para ser real. Me refiero a la decisión
de la Generalitat de expender cannabis en las farmacias.
Mientras escribo estas líneas, ha salido un airoso
portavoz del Ministerio de Sanidad, a quien seguro no le
duele nada, para decir que de la china, nanay. Que dicen
que «por prudencia», el experimento sólo
se llevará a cabo en hospitales. Pues vale.
No puedo evitar salir aquí, porque el cuerpo me lo
pide, en defensa del uso moderado de la marihuana. Dicen
Los Expertos -a quienes siempre se invoca en estos casos-
que, como el vino, los dulces o el aceite, el consumo moderado
de cannabis es beneficioso para la salud. La decisión
de la Generalitat de incorporarlo a las farmacias parecía
loable además de avanzada. Efectivamente, las autoridades
catalanas habían decidido recetarlo con fines terapéuticos
y para tratar patologías como el cáncer, el
sida o los dolores de origen nervioso. No sabemos si retirar
el proyecto tiene que ver solamente con la prudencia o también
con el nerviosismo que podría afectar a los laboratorios
de fármacos convencionales, empeñados en recetarnos
pócimas para males que se curan con un puñadito
de hierba que crece libre y gratuitamente en parques y jardines.
Un dolor de cabeza, un dolor de espalda, un dolor de bolsillo:
muchos preferimos dar unas inofensivas caladas antes que
ingerir una de esas píldoras antiinflamatorias del
tamaño de un obús.
Claro está que la expresión 'las drogas',
pronunciada en tono tremebundo y aplicada sin distinción
al cannabis o las rebajas, provoca alarma social en aquellos
que piensan cosas tan sensatas como «empiezas por
un 'marlboro' y terminas en la heroína». Es
el tipo de pensamiento extrapolable a «un día
bebí una pinta y ahora estoy 'alcoholizao'»
o «se empieza por un beso y se termina en una orgía»
o «una vez maté un perro y me llamaron mataperros».
Entiendo que hay gente incapaz de fumar cannabis sin moderación.
Es la misma gente que trabaja de manera inmoderada, que
compra compulsivamente o que come macarrones de una manera
que te hace santiguarte y decir 'qué barbaridad'.
Entiendo también que el consumo inmoderado de cannabis
puede producir unos efectos secundarios que son similares
a los que produciría cualquier medicamento para el
parkinson consumido al tuntún. Se supone que precisamente
para evitar eso y por prudencia, existe el control sanitario
y la receta médica. Para que no podamos acercarnos
a la farmacia a pedir cannabis o jarabe sin excusa médica,
por puro placer o porque nos gusta el sabor a fresa del
'iniston'.
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