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PAI MAI 2005: VIVENCIA EN COMUNA DE OSHO EN BRASIL-
PARTE II
Muchas veces me pregunto ¿Porqué en
ciertas situaciones emocionales, respondo de una manera
tan infantil?. Las veces que he discutido con amigos
o ex novias y no consigo decir aquello que realmente siento.
Parece que de alguna manera voy a ser desaprobado. ¿Cómo
puedo tener miedo de ello?. La sensación de que si
ella me abandona puedo llegar a morirme o nunca más
voy a conseguir ser amado. Otras veces me comparo con figuras
que siento que tienen un cierto poder y me reconozco dolido
o admirado hacia ellas, pero en todo caso no consigo conectarme
con ellas.
¿Cuántas veces tengo miedo de quedarme solo?
En algunos momentos sólo en mi casa, observo mi vida
y tengo miedo de dar los pasos que preciso dar para cambiarla.
¿Porqué el rechazo me duele tanto? ¿Porqué
siempre estoy soñando tanto con un futuro mejor y
me abstraigo de vivir intensamente el aquí -ahora?
¿Cuántas veces como de más para no
sentir la ansiedad y angustia dentro mio? ¿ Hace
cuánto tiempo que no lloro como una criatura? ¿
Y respecto al sexo , porqué a veces siento tanta
vergüenza del sexo? Si me gusta tanto. ¿Porqué
me siento tantas veces infeliz y errado? Muchas veces ando
por la vida pidiendo algo de atención y afecto en
forma inadecuada. ¿Porqué a veces no me permito
saltar, jugar y reir como un niño?
¿Te identificás también con alguno
de estos sentimientos? Los años pasan y parece que
ellos continuan. Cambian su forma , pero escencialmente
son los mismos.¿Se puede realmente cambiar estos
sentimientos? O es imposible de hacerlo y tenemos que resignarnos
a vivir una vida donde repitamos una y otra vez ciertos
patrones de nuestra infancia?
Estos y otros interrogantes fueron los que me llevaron a
volver una vez más, en Enero del 2005, a Namasté,
un centro de bioenergética y meditación de
Osho en Porto Alegre, Brasil, donde llevan a cabo uno de
los trabajos terapéuticos corporales más intensos
y fuertes en el mundo. En este caso se trataba del Pai
y Mai (padre y madre), un seminario de reprogramación
emocional de 2 semanas super intensivo donde trabajaríamos
toda las emociones y mandatos introyectados por nuestra
familia que nos estarían impidiendo a vivir la vida
en todo nuestro potencial. Dicho seminario abordaba todas
esas cuestiones através de la Bioenergética,
Meditaciones de Osho, Terapia Primal, amor y mucha confrontación;
el Pai y Mai está considerado como uno
de los trabajos emocionales en su clase más fuertes,
efectivos y duros en todo el mundo. Actualmente Milan, el
fundador de Namaste y coordinador del seminario es solicitado
en la Humaniversity y en Puna, la comuna de Osho en India,
para dar este taller.
Fueron las 2 semanas más intensas, duras y dificiles
de toda mi vida. Cada día nos despertabamos a las
6.30 am para hacer una meditación dinámica
de Osho a fin de abrir nuestro cuerpo a lo que trabajaríamos
ese día y seguíamos por 18 horas más.
Dedicabamos una hora del día a hacer trabajo comunitario
para mantener limpias las instalaciones de la comuna. Y
en cada trabajo teníamos 10 terapeutas que nos forzaban
a ir con todo, a entregar todo nuestro ser, a ser totales
cual guerreros que se aprestan a dar batalla. En efecto
ibamos a una guerra donde teníamos que prepararnos,
una guerra contra nuestras limitaciones, miedos, dolores.
Abrir el cuerpo y nuestro corazón con la Bionergética
era el 1° paso para que afloren todas las emociones
reprimidas que veníamos cargando en el cuerpo desde
que nacimos. Después seguía un trabajo escrito
para conectarnos con todas la escenas e imágenes
de dolor de nuestra infancia.
Levantarnos cada mañana para hacer la meditación
dinámica de Osho era un esfuerzo descomunal. Esta
meditación es fisicamente muy intensa ya que consta
de 5 etapas muy activas. La primera es hipeventilar sólo
por la nariz, la segunda es explotar y volverte loco, la
tercera es saltar y gritar JU (un mantra), la
cuarta es quedarte quieto con los brazos en alto y la quinta
es celebrar bailando. Todo ello acompañado por una
música que Osho diseñó para tal fin.
Durante la dinámica, teníamos 6 terapeutas
que estaban entre nosotros gritandonos cada momento que
nos veían vacilar para que nos metamos a pleno en
la meditación. La lección era clara y nos
lo decían explicitamente: Quieren pasarse el
resto de sus vidas con sus limitaciones, ahora tienen la
oportunidad de ir con toda su totalidad , solo ahora, no
mañana ni despues, Sean guerreros.
Solo sé que para mí previo a cada meditación
me evocaba la sensación de estar frente a una montaña
rusa donde no sabía que iba a acontecer y me daba
vértigo. También me sentía como un
guerrero que está preparandose para afrontar su gran
batalla. Sin embargo despues de cada meditación experimentaba
una sensación de relajación y tranquilidad
muy grande. Era como si hubiese ido al baño totalmente.
Estaba preparado para lo que vendría durante todo
ese día.
Cada día lloraba y conectaba con mi rabia y por supuesto
me preguntaba como iba a aguantar permanecer allí.
Cada mañana era un esfuerzo descomunal para mí
y los otros levantarnos, ya que sabíamos que estaríamos
abriendo contenidos emocionales que no deseabamos. Eso se
llama resistencia. Y yo la tenía muy fuerte. El 80%
del tiempo me sentía angustiado y no quería
avanzar. Sin embargo me metí a fondo en cada uno
de los ejercicios pudiendo experimentar una variada gama
de emociones y sensaciones.
Recuerdo a los 10 años cuando fui a mi 3°
campamento de 2 semanas con mi club. Antes de partir yo
ya estaba llorando porque extrañaba mi casa y mis
padres. Durante todo el campamento oscilaba entre reir y
llorar angustiado por el hecho de extrañar mi casa.
Así me sentí durante todo el seminario. Y
eso nos aconteció a todos en distintos niveles ya
que volvíamos a ser niños rodeados de padres,
los terapeutas, solo que esta vez estaban en un rol de disciplina
y afecto que quizás nunca tuvimos adecuadamente.
Había un equipo de 15 terapeutas que se encagaban
de confrontarnos cada momento con todo aquello que no queríamos
ver y que habíamos internalizado de nuestros padres
. Eso si que fue duro, ya que el ego fabrica defensas intelectuales
para no sentir el dolor y la rabia de no haber sido cuidados
y protegidos con afecto. Paradojicamente podemos pasarnos
toda la vida intentando proteger a nuestros padres sin conectarnos
con el dolor que hayamos recibido a manos de ellos. Cada
ves que estabamos escribiendo para recordar y conectar con
el pasado, aparecían los terapeutas y se ponían
a confrontar a uno en frente de todos...y las cosas que
le decían!. Era muy fuerte observar eso y darse cuenta
que ese problema que el otro tenía en el fondo era
el que yo también tenía guardado bajo otra
capa.
Nosotros eramos 30 personas, de las cuales habían
un alemán, una española, una sueca y yo. El
resto brasileros. Así que la dinámica grupal
era otro fenómeno interesante ya que entre nosotros
empezamos a apoyarnos, abrazarnos, contenernos y a compartir
lo que sentíamos. Recuerdo un día particular
que a la mañana me sentía muy triste, justo
después de haber hecho 3 días de descarga
de la rabia. Estabamos en la mesa de desayuno y me preguntaron
que me pasaba y les dije que estaba triste. Vino una chica
se sentó a mi lado y me abrazó y yo empecé
a llorar en su hombro. Otro compañero me abrazo por
el otro lado y entre todos me decían que estaba bien
demostrar y sentir. Yo lloraba y me sentía muy contenido.
Que experiencia tan hermosa fue aquella, la de poder mostrar
mi vulnerabilidad tan abiertamente y ser contenido y abrazado.
Para mi eso fue inexistente en toda mi infancia, ya que
estaba acostumbrado a esconder mi tristeza por miedo a ser
juzgado. Allí las lagrimas dieron paso a un sentimiento
de tranquilidad y luego de conexión con los demás.
Si observamos esto mismo acontece con los niños despues
de su primer berrinche. Pasan de una emoción a otra
en forma limpia. Al ir creciendo vamos perdiendo esta maravillosa
capacidad de expresar nuestras emociones y nos volvemos
más serios, cargados y solemnes. Y después
nos pasamos la vida buscando situaciones para recrear justamente
esos momentos mágicos donde solo sentíamos
sin tanta cabeza. Y algunas veces se llega al consumo de
alguna sustancia para nutrirse.
La 1° semana trabajamos la mamá interna y fue
durisimo. Tuvimos 3 días de descarga de rabia, para
limpiarnos emocionalmente. La mayoría de las personas
sin saberlo, acarrean sobre si sentimientos y necesidades
infantiles sin resolver con sus padres. Al no ser concientes
de ello, sufren horrores y luego proyectan esas heridas
emocionales a sus relaciones de pareja, amistades o trabajo,
generandose un infierno de confusión y dolor. Gran
parte de ese infierno proviene de no conectarse y convalidar
la propia rabia natural que llevamos de no haber sido atendidos
adecuadamente por nuestros padres. Ello implica no haber
sido escuchados, respetados, aceptados y amados tal como
eramos. Todos llevamos estas heridas, algunos más
y otros menos. Y muchas veces las escondemos a los ojos
de los demás o la tapamos porque no queremos desmitificar
a nuestro padres perfectos. Y así vamos
por la vida anestesiados para sentir tristeza, rabia ..y
alegría plena!
Todo ello se manifiesta en nuestro cuerpo y sexualidad.
Por ello el trabajo fue tan físico pues había
que abrir el cuerpo al amor y al placer. La Bioenergética
y las meditaciones de Osho fueron las llaves para abrir
esos contenidos muy reprimidos en el cuerpo. Yo venía
muy cargado de rabia de años de sentirme desportegido,
exigido y poco aceptado por mis padres. También es
fundamental entender que la rabia es energía pura
que podemos usar para cambiar y dirigirnos a nuestros objetivos.
Algo que no me olvidaré más fue el último
día de descarga en el bosque, estabamos golpeando
una mesa de madera con un caño de plastico. Descargabamos
toda la bronca de haber sido heridos en nuestra infancia.
Y cuando llegamos a la parte de las heridas o juicios que
habiamos sufrido respecto a nuestra naturaleza sexual, Milán
nos pidió que nos desnudemos todos, y desde ahí
cual personas libres y naturales, sigamos descargando. Fue
una sensación extraordinaria, descargar desnudo y
ver a los demás también hacerlo. Me sentía
como un animal libre en toda mi potencia. Y esto fue una
lección muy importante, el aprender a aceptarme tal
como soy de los pies a la cabeza, en todo mi esplendor y
poder natural. Aquí en la ciudad... ¿Cuántas
veces reprimimos estas ganas de explotar y lo sublimamos
indaecuadamente en peleas u autoagresiones como ansiedades
y depresiones? Por supuesto nosotros explotamos en un contexto
seguro y protegido y el resultado fue asombroso, liberador
y curativo.
El seminario se enfocaba mucho en conectar esa rabia y descargarla
adecuadamente ya que solo de esa manera puede acontecer
la compasión y el perdón. Y esto es una gran
verdad. Muchas terapias alternativas hablan de perdonar
sin pasar por la purga de la rabia; encuentro esto una utopía
intelectual ya que el sentimiento de dolor permanece y envenena
dicho perdón. Un proceso sanador en nuestra
vida necesariamente tiene que pasar por la descarga física
de la rabia. ¡Y vaya si descargamos aquí!.
Recuerdo un día en el bosque, era el 4 día
de descarga y yo tenía una contractura que iba desde
mi hombro hasta donde terminaba el cuello; sentía
que no iba a poder golpear porque me dolía todo.
Ni bien comenzamos, estuvimos descargando por 3 horas seguidas
sin parar, después de ello me sentí muy bien,
poderoso y sin ningún dolor.. ¡ La contractura
se había esfumado !. La rabia es un sentimiento de
poder y fuerza. Nos permite afirmarnos, poner limites e
ir hacia nuestros objetivos. Su falta de expresión
genera resentimiento y agresividad , por ello es tan descalificada,
mal vista y temida por la mayoría de las personas.
Todos tememos inconciente o concientemente que si la expresamos
nos quedaremos solos y seremos rechazados. Así vamos
por la vida con una mascara sonriendo falsamente e intentando
agradar a los demás. Terminamos convirtiendonos en
zombies payasos. En mi caso siempre que manifesté
la rabia en mi familia tuve una respuesta de descalficación
donde me hicieron sentir que podían abandonarme.
Mis padres no estaban conectados con su propia rabia natural
por lo que percibían amenazante la mia y la juzgaban
duramente. De esta manera aprendí a ser un resentido
y a temer a mis propias explosiones.
La semana siguiente iniciamos el trabajo con el padre interior.
Yo no quería seguir más. Creía que
ya era suficiente con haber trabajado a mi madre. Enseguida
me confrontaron y me mostraron que lo mío era una
resistencia. Todos creíamos que esta segunda semana
iba a ser mas relajada puesto que el padre ocupa un lugar
más secundario en la crianza. Craso error. Fue más
intenso aún. El padre cumple un rol vital en la crianza
del niño ya que si ama y cuida a su pareja, la madre,
esta estará emocionalmente disponible al bebé.
¿Cuántas criaturas han llegado a este mundo
en medio de tensiones y resentimientos sin resolver entre
padres y han sido destinatarias de todo esto por parte de
ellos?
Previo a cada ejercicio que ibamos a hacer, ponían
música y nos juntabamos a danzar ritmos y temas brasileros
que soltaban y preparaban nuestro cuerpo para los ejercicios
bioenergéticos.
Recuerdo un día que estuvimos viendo una película,
Magnolia, que a mí me generó angustia y tristeza.
Me dijeron que permanezca con ello, con ese vacío
que sentía. Luego fuimos a bailar y nos pusieron
el tema Solo le pido a Dios de Mercedes Sosa,
mientras repetíamos ciertos movimientos corporales
que hacía Milán. Yo estaba llorando mientras
lo hacía y fue una sensación única
la de escuchar y cantar ese tema, conectado con el llanto.
Nunca antes lo había hecho.
Otro día recuerdo que hicimos unos ejercicios que
culminaron en sesión de abrazos (eso era corriente)
con todo nuestro cuerpo. Yo estaba llorando como muchos
otros y fue una experiencia maravillosa hacerlo mientras
me entregaba en los brazos de los demás y lloraba
sientiendo las sacudidas en todo mi cuerpo. Mostrarme vulnerable
y compartirlo es algo que evito hacer, siempre me ha dado
temor. Aquí lo hacía abiertamente, llorando
junto a los demás. Esa experiencia de abrazar y ser
abrazado mientras lloraba es algo indescriptible y por supuesto
sanador. Abrazar con todo el cuerpo mientras respiramos
profundamente sin sacar la parte genital hacia fuera también.
Esto es algo con lo que se trabaja mucho en la Humaniversity,
la entrega en el abrazo como herramienta terapéutica
de conexión. Si nos ponemos a observar como la gente
abraza, nadie permanece en el abrazo respirando plenamente.
Todos se dan por contentos con un apretón o palmadas.
No nos damos cuenta y vamos por la vida conformandonos con
tan poco intercambio afectivo con los demás! Después
nos preguntamos porque proliferan tanto las adicciones o
consumo de anti depresivos.
La segunda semana fue para mí más dura que
la anterior, más exigente. Previo a cada meditación
de Osho al levantarnos, nos hacían tomar un litro
de agua sin parar para luego nosotros inducirnos al vómito.
Para mí eso fue tremendo. Desde que tenía
7 años no vomitaba; la sola idea de hacerlo me generaba
náuseas. Sin embargo al segundo día ya me
acostumbré. El vómito tiene su razón
y es una práctica difundida en algunas líneas
del yoga. Su propósito es distender la musculatura
del estomago donde se aloja la rabia, para que esta pueda
aflorar con facilidad y no ser reprimida. Todo ello era
una preparación fundamental para el trabajo que haríamos
durante todo el día. Imaginense por un momento, nos
acostabamos cansados y angustiados cerca de las 2 de la
mañana, para ser despertados a las 6.30 con el anuncio:
Gente vamos a pegar (tomar) la garrafinha de agua.
No era ciertamente la manera mas estimulante de levantarse
de la cama. Me sentía como en el ejercito, aunque
nunca lo hice. Era una disciplina constante, solo que estaba
destinada a abrirnos emocionalmente al amor. Por supuesto
que todos queríamos eso por un lado, por el otro
nos resístiamos ya que estabamos acostumbrados a
nuestros jueguitos pajeros mentales para seguir
en la misma posición de limitación, dolor
y cierre de siempre. Aunque no lo admitamos la mayoría
goza de estar en un lugar de sufrimiento y dolor emocional.
Salir de ello es aventurarse más allá de los
propios límites y eso da mucho miedo...y dolor. Pero
si no lo hacemos podemos vivir y morirnos sin haber experimentado
placer y éxtasis de nuestro ser.
Gradualmente fue pasando la semana. Algo interesante que
me sucedía era que la duración del día
me resultaba 10 veces más larga que aquí en
Buenos Aires. Cada momento en Namasté era muy intenso
y cargado de muchas cosas. Cada día era ir más
allá de los límites mentales, emocionales
y corporales que creía tener, para darme cuenta que
podía avanzar a pesar que consideraba que no. De
hecho todos lo hicimos. Y habían hombres y mujeres
desde los 18 hasta los 53 años.
Los 2 últimos días trabajamos la compasión
hacía nuestros padres y ello fue la culminación
de un proceso durísimo y arduo. Fue liberador. Todo
ello bajo el escenario de un noche estrellada con luna llena.
Fue inolvidable, intenso y muy dramático. Fue un
momento para perdonarlos por todo. A mi me costó
un poco eso. Si sentí ganas de verlos y decirles
que los amaba. De hecho después lo hice en casa de
mis padres con cada uno de ellos por separado.
Y aquí estoy. Pasé por la experiencia más
dura, intensa, exigente y fuerte en toda mi vida. Una vivencia
de contacto conmigo, con los demás. Tengo muchas
cosas sin aclarar. Otras sí como por ejemplo entrenarme
como un guerrero con meditaciones de Osho. Aquí experimenté
lo que en verdad es ir cada día más allá
de mis límites emocionales y fisicos. Cuando creía
que estaba todo dicho aparecía algo nuevo, una prueba
más fuerte. Fue un desafío extremo que en
realidad reflejó que los límites están
en nuestra cabeza y no en la realidad. Por ejemplo si bien
tenía sueño pude dormir perfectamente 5 horas
y luego proseguir por 18 horas más sin parar.
La vida es una oportunidad única, pero para ello
hay que prepararse a gozarla abriendonos corporalmente a
ella. Hacerlo desde la cabeza es muy limitado, no basta,
si no conectamos con lo que sentimos. Y esos sentimientos
están inscriptos en nuestro cuerpo. De hecho Oriente
desde hace miles de años practica diversos yogas,
meditaciones o tantras cuyo vehículo por excelencia
es el cuerpo. Muchas veces estamos dormidos y creamos argumentos
lógicos para seguir en la misma rutina cómoda
que nos mantiene encadenados a nuestro temores. Lo más
loco es que pensamos que somos los únicos con esa
clase de miedos cuando en el fondo todos compartimos heridas
emocionales similares bajo distintas capas. Hay que animarse
a compartirlas abiertamente. Después de todo como
me dijo una vez Vereesh, el terapeuta de Osho, Pablo,
es hora de crecer, la vida es corta... ¿hasta cuánto
vas a esperar..?.
Lic.Pablo Nachtigall- Psicólogo
http://psicoholistica.tripod.com/psicologiaholistica/
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